Revue Indigène

Revue Indigène, poemas seleccionados de Jacques Roumain, este excelente trabajo recoge parte importante del valioso quehacer literario de uno de los más grandes e importantes escritores haitiano del siglo pasado.
Inspirado en la vuelta a lo propio, a lo indígena, Revue Indigène toma el nombre de la revista fundada por Roumain y el otro poeta Sylvain. Revue Indigène, poemas seleccionados está cargado, de la fuerza –en ocasiones visceral–, de la crítica social de sus poemas; criticas aún vigentes en la desigual sociedad haitiana hoy día.

Esperando que estas pocas páginas sirvan para visualizar en primer lugar el valioso trabajo de Roumain, y seguidamente que la critica social contenida en su trabajo llegue a nuevos lectores, exorcizándolos, haciendo como propia la lucha de su autor.

Nace en Puerto Príncipe, Haití, en una familia perteneciente a la gran burguesía haitiana en 1907 y se educa en Bélgica y Suiza. Conoce varios idiomas y el creole, lengua de su pueblo.

Después de sus estudios y viajes por Europa vuelve a su país en los años 20. De retorno crea el Museo de Artes y Tradiciones Populares y el Instituto de Etnografía con el fin de investigar las costumbres locales. Deja una obra compuesta de poemas, novelas cortas y cuentos.

Se dedica fundamentalmente a la escritura y la lucha ideológica. En 1927 publica sus poemas en la “Revista indígena” que intentaba articular la autenticidad haitiana y la voz nacionalista frente al dominio de Estados Unidos.

Jacques Roumain: Sucios negros

Por: Jacques Roumain.

Y bien aquí estamos:
nosotros
los negros
los niggers
los sucios negros
no aceptamos más
está claro
se acabó
ser en África
en América
sus negros
sus niggers
sus sucios negros
no aceptamos más
les extraña
decir: sí señó
lustrando sus botas
sí pae
a los misioneros blancos
sí mi amo
cosechando para ustedes
la caña de azúcar
el café
el algodón
el maní
en África
en América
como buenos negros
como pobres negros
como sucios negros
que éramos
que no seremos más
se acabó ya verán
nuestros yes Sir
sí blanco
sí Señor
y
cuidado, cazador
sí, mi Comandante,
cuando nos den la orden
de ametrallar a nuestros hermanos árabes
en Siria
en Túnez
en Marruecos
y a nuestros camaradas blancos huelguistas
reventando de hambre
oprimidos
expoliados
despreciados como nosotros
los negros
los niggers
los sucios negros
Sorpresa
cuando la orquesta de sus cabarets
de rumbas y de blues
les toque algo completamente distinto
que no esperaba la putería hastiada
de sus gigolós y putas endiamantadas
para quienes un negro
no es sino un instrumento
para cantar, claro,
para bailar, of course
para fornicar naturlich
nada sino una mercancía
que se compra y se vende
en el mercado del placer
nada sino un negro
un nigger
un sucio negro
sorpresa
jesúsmaríajosé
sorpresa
cuando atrapemos
riendo terriblemente
al misionero por la barba
para enseñarle a nuestra vez
a patadas en el culo
que nuestros ancestros
no son
Galos
que nos importa un carajo
un Dios que
si es el Padre
entonces es que nosotros
los negros
los niggers
los sucios negros
tenemos que creer que no somos sino sus bastardos
y es inútil gritar
jesúsmaríajosé
como una vieja batea reventada por las mentiras
es necesario
que te enseñemos
lo que cuesta en definitiva
sermonearnos a golpe de látigo y de confíteors
la humildad
la resignación
a nuestra maldita suerte
de negros
de niggers
de sucios negros
Las máquinas de escribir masticarán las órdenes de represión
rechinando los dientes
fusilen
ahorquen
degüellen
a esos negros
a esos niggers
a esos sucios negros
pegados como moscas enloquecidas a la carne
en la tela de araña de las gráficas de las pérdidas de las cotizaciones de la bolsa
los gordos accionistas de compañías mineras y forestales
los propietarios de fábricas de ron y de plantaciones
los propietarios
de negros
de niggers
de sucios negros
y el telégrafo delirará
en nombre de la civilización
en nombre de la religión
en nombre de la latinidad
en nombre de Dios
en nombre de la Trinidad
en nombre de Dios carajo
tropas
aviones
tanques
gases
contra esos negros
esos niggers
esos sucios negros
Demasiado tarde
hasta el corazón de las junglas infernales
retumbará precipitado el terrible tartamudeo
telegráfico de los tam-tam repitiendo incansables
repitiendo
que los negros
no aceptan más
no aceptan más
ser sus niggers
sus sucios negros
demasiado tarde
porque habremos surgido
de las cuevas de ladrones de minas de oro del Congo
y de Sur África
demasiado tarde será demasiado tarde
para impedir en los algodonales de Luisiana
en las centrales azucareras de las Antillas
la cosecha de la venganza
de los negros
de los niggers
de los sucios negros
será demasiado tarde les digo
porque hasta los tam-tam habrán aprendido el lenguaje
de la Internacional
porque habremos escogido nuestro día
el día de los sucios negros
de los sucios indios
de los sucios hindúes
de los sucios indochinos
de los sucios árabes
de los sucios malayos
de los sucios judíos
de los sucios proletarios
Y aquí estamos de pie
todos los condenados de la tierra
todos los justicieros
marchando al asalto de sus cuarteles
y de sus bancos
como un bosque de antorchas fúnebres
para acabar
de
una
vez
por
todas
con este mundo
de negros
de niggers
de sucios negros.

01 / 01 / 1804 Independencia de Haití

Por: Fernando Bossi Rojas.

 

 

La Revolución Francesa y “La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano”  eran logros innegables para Francia y para los franceses, pero no así para los esclavos de sus colonias de ultramar. La “Libertad, Igualdad y Fraternidad”, eran frases vacías para los esclavos de Haití, Martinica o Guadalupe, por ejemplo.

Pero la convulsión en la metrópolis fue el detonante para que la acumulación de tantas injusticias, sufrimientos y explotación estallara en el Caribe francés.

Los negros esclavos eran mayoría absoluta en Saint-Domingue, los amos blancos minoría absoluta. Los mulatos representaban un sector considerable y dentro de ellos había de todo, aquellos que amaban a los blancos despreciando a los negros y aquellos que odiaban a los blancos casi tanto como a los negros. Y había también los que se identificaban o al menos contemplaban con afecto a los negros como también los que sabían que tenían que acercarse a los negros por conveniencia, para presionar a los blancos.

Los amos blancos ante el levantamiento de los esclavos pidieron socorro a la metrópolis. Soldados experimentados, veteranos de las guerras europeas, nada más y nada menos que las tropas de Napoleón Bonaparte atravesaron el Atlántico para sofocar la rebelión de los negros forajidos y zaparrastrosos.

La sorpresa para Charles Victoire Emmanuel Leclerc, el general que comandaba las tropas y que era cuñado de Napoleón, fue que los insurrectos los derrotaron categóricamente, sin contemplación alguna. El general así, humillado y derrotado murió de fiebre amarilla en la isla de la Tortugas sin pena ni gloria. Quien lo sucedió fue otro francés de nombre pomposo: Donatien Marie Joseph de Vimeur, visconde de Rochambeau, quien sería aplastado por las tropas negras en la Batalla de Vertiéres. Las águilas napoleónicas cayeron así derrotadas y no pudieron hacer otra cosa que capitular. Entre fiebre, bala, sable y bayoneta los franceses ya habían dejado más de 50 mil muertos en la isla. El vizconde, al igual que su predecesor, sin pena ni gloria tuvo que emprender el regreso.

Jean Jacques Dessalines, al mando del ejército revolucionario, el 1 de enero de 1804 declaró la independencia de Haití, primer país en proclamarse libre y soberano en América Latina. Los ex esclavos negros habían conquistado el poder por primera vez en la historia del mundo.

¡Gloria eterna al pueblo valiente de Haití!

Fuente: Portal Alba

UCV: La utopía arquitectónica. Luis Britto García

Casi inadvertida pasó la conmemoración de los trescientos años de la Universidad Central de Venezuela, fundada como  Católica y Pontificia Universidad de Caracas el 22 de diciembre de 1721. Sobre su historia mucho habría que comentar; nos limitamos a reflexionar sobre el mensaje arquitectónico implícito en su Ciudad Universitaria, inaugurada en 1954 como sede de una nefasta Conferencia Interamericana de la OEA, que legitimó la intervención de Estados Unidos contra Guatemala.

No nos engañemos pensando que el lenguaje abstracto adoptado en la Ciudad Universitaria no tiene mensaje. En ella podemos vislumbrar los signos de una utopía implícita, no exenta de contradicciones, pero que habla poderosamente mediante espacios,  volúmenes,  texturas y  colores.

     Los pilares de esta construcción utópica son los siguientes:

     1) Seclusión: Toda utopía participa de una separación del resto del mundo, de aislamiento: no en balde Utopía, de Moro, Nueva Atlántida de Francis Bacon; Oceana de Harrington y La isla de Huxley, entre otras, están situadas en islas. Para sede de la Ciudad Universitaria se eligió un espacio que en esa época estaba relativamente lejano del centro de la ciudad para establecer, al margen de la misma y fuera de toda perturbación causada por ella, un circuito de estructuras destinadas a la educación. Se alejaban así del casco central de Caracas  masas de estudiantes que habían irrumpido contra las dictaduras; pero también hay que reconocer que la solución no fue extrema: una de las alternativas planteaba edificar la Ciudad Universitaria en la para entonces remota localidad de El Valle. La decisión intermedia adoptada permitió durante varias décadas un cierto aislamiento suburbano. Es la disposición anticipada por algunos campus universitarios estadounidenses y británicos, pero también por los antiguos claustros medievales, y ensalzada en la novela El Juego de Abalorios de Herman Hesse: el espacio académico aparte del mundo; el sitio del conocer separado del  de vivir, a fin de que cada uno pueda llevar adelante sus dinámicas peculiares y supuestamente diferentes.

     2) Apertura externa: esta  seclusión opera más por la concentración de edificaciones en una zona que por su amurallamiento eficaz contra el exterior. Al igual que Caracas, la Ciudad Universitaria es defendida hacia el Oeste y el Norte por relieves del terreno, pero está abierta hacia el Este y el Sur, apenas separada de la ciudad por ligeras alambradas. Para asegurar un flujo continuo con la urbe, Carlos Raúl Villanueva la dotó de siete accesos para vehículos. Esta permeabilidad del campus habla implícitamente de la creencia en un orden -el de la cultura o el de la coerción- capaz de librar por sí mismo a la Universidad de intrusiones indeseables. Y sin embargo, para reforestar las colinas del Jardín Botánico se debió desalojar por la fuerza a sus ocupantes marginales, y mantener posteriormente una incesante vigilancia armada, mientras que los accesos de la Universidad fueron clausurados y reducidos a tres o convertidos en trincheras, talanqueras y laberintos de obstáculos por las autoridades bárbaras o ignorantes de la socialdemocracia.

     3) Apertura interna: siguiendo el principio anterior, la mayoría de las edificaciones son de fácil y casi libre acceso como si, aquí también, se presupusiera que un orden basado en la cultura o en la coerción bastaría para defenderlas. Una gran cantidad de aulas comunican con los jardines con paredes corredizas de cristal; importantes espacios, como los de la Biblioteca Central o la de Ingeniería o el Paraninfo están cerrados con frágiles vitrales; los escasos muros son eminentemente practicables por su baja altura y por estar hechos en su mayoría de celosías de bloques perforados. Según señala Edward T. Hall, las edificaciones frágiles, como las casas de papel y endebles tabiques de arcilla de los japoneses, presuponen una rígida conformación cultural que impide que los habitantes las destruyan. En la originaria accesibilidad de las edificaciones de la Ciudad Universitaria seguramente presuponía Villanueva la existencia o la próxima aparición de una restricción cultural equiparable.

     4) Estética pública: si las edificaciones de la Ciudad Universitaria parecieran ofrecerse a todo el que quisiera visitarlas, sus obras de arte se imponen incluso al transeúnte indiferente. Muy pocas están encerradas en espacios reservados: en su disposición parecería reinar una filosofía del arte para todos y  al alcance de todos, del ennoblecimiento del espacio público, tras la cual alienta una poderosa pulsión democrática. Según expresa su arquitecto, Carlos Raúl Villanueva:

«El ambiente natural de los animales salvajes es la selva. El ambiente natural de las obras artísticas son las plazas, los jardines, los edificios públicos, las fábricas, los aeropuertos: todos los lugares donde el hombre percibe al hombre como a un compañero, como a un asociado, como a una mano que ayuda, como a una esperanza, y no como la flor marchita del aislamiento y la indiferencia» (Villanueva, Carlos Raúl: EscritosColección Espacio y Forma, nro. 13. p.11).

     Y en efecto, esta especie de pedagogía implícita termina por lograr sus frutos en la estética de la ciudad y del mismo país. Pues, como indica Pedro Calzadilla:

“El abstraccionismo y el ensayo de síntesis artístico que desde la Ciudad Universitaria pronto se extendió a toda Caracas, crearon una nueva conciencia de la forma y el espacio; las nuevas técnicas hicieron el resto. La noción o cualidad de escultura como volumen cerrado y fijo perdió vigencia y los géneros, vistos antes como categorías separadas, llegaron a unificarse, limando diferencias y extremos para originar un tipo de arte integral e integrador. Fragmentada la forma, vaciada o perforada la masa del volumen para incluir el espacio rodeante; suprimido el pedestal que confería el prestigio de la escultura a la inercia; creado el movimiento en función de una dinámica que saca al espectador de su rol pasivo y hace del espacio elemento activo, separándolo de su papel de simple fondo; destruida la referencia inevitablemente antropomórfica de la imagen se vio nacer un arte cuya comprensión exigía también admitir que el progreso en arte no está desligado, de ninguna manera, de las transformaciones conceptuales y materiales que se operan con cada nueva era, y aún más, que ese progreso está en deuda no sólo con el espíritu, sino con la tecnología con que cada época ensaya  mejorar la  calidad de la vida!”. (Calzadilla; 1977, 67) CALZADILLA, JUAN y PEDRO BRICEÑO. (1977). Escultura/ Escultores: un libro sobre la escultura en Venezuela. Caracas. Maraven S.A.

La región más transparente de Carlos Fuentes

La región más transparente de Carlos Fuentes es la primera novela mexicana a la que podemos aplicar el término cosmopolitismo, debido a la tesis que sostiene sobre la conformación de la ciudad a partir de diversos orígenes, ideas y clases sociales. Su título proviene de una expresión de Visión de Anáhuac, ensayo que va y viene de la crónica a la viñeta histórica, del poema en prosa a la estampa costumbrista, escrito por Alfonso Reyes, y que sirve como punto de partida a la novela, ya que utiliza la Decena Trágica (acontecimiento histórico con el que culmina el ensayo) como inicio del rumbo que tomará la vida de los moradores. La genealogía desplegada sobre la planicie histórica, preserva la mirada que Fuentes tiene sobre la condición de la ciudad y sus habitantes.

Las mil y un máscaras de cada personaje se bifurcan en el traslúcido horizonte de la ciudad moderna. Algunos críticos sostienen que el protagonista de la novela es la ciudad, sin embargo, ésta es el resultado de la historia y sus habitantes. Los residentes dibujados con imponente textura son el registro de un pasado que retorna eternamente en el futuro, tiempo por el que los fantasmas, a caballo, lucharon en medio de la sonata interpretada frente al paredón. La justicia llegaría con la modernidad, para dejar atrás el hambre y la vileza. El siete de abril de 1958 la ciudad de México aparece en la primera novela de Carlos Fuentes. La región más transparente, es una de las obras más importantes de las letras hispanoamericanas.

Fuente: Enciclopedia de la literatura en México www.elem.mx

¿Arma del poder o instrumento de la democracia?: ‘Futbolítica’ de Ramon Usall

“No hay dictador que se precie que no haya utilizado un club de fútbol como elemento propagandístico”, reflexiona Ramon Usall en el prólogo de su último ensayo “Futbolítica: Una vuelta al mundo a través de clubes políticamente singulares” (Altamarea ediciones).

Si en su obra anterior, “Fútbol y libertad”, galardonada con el premio de ensayo Josep Vallverdú en 2010, pudimos conocer el rol que el fútbol ha jugado en la lucha por la libertad a lo largo de la historia, en este segundo tiempo que es “Futbolítica”, vamos a reconocer en el fútbol una herramienta clave para explicar la historia mundial contemporánea. En este viaje, que pone al fútbol en el foco de las miradas, el sociólogo, historiador y profesor de Ciencias Sociales Ramon Usall encuentra la excusa perfecta para recorrer a lo largo de continentes, países y regiones, las más diversas comunidades que integran esta singular colección.

Autoproclamado un “apasionado de la historia”, Usall, va a exponer a través de un detallado y profundo trabajo de investigación, las diferencias y similitudes de cada uno de los clubes que aparecen en este ensayo, para demostrarnos cómo el constante equilibrio y desequilibrio social y político que vivimos como humanidad, puede ser explicado a través de un deporte que ha marcado a generaciones a lo largo de todo el mundo.

Clubes que explican hechos históricos contemporáneos como la desaparición del Hakoah de Viena por la obsesión del nazismo por perseguir a los judíos; clubes que representan naciones sin Estado como el Al-Wehdat que se consolidó como la voz futbolística de Palestina; clubes utilizados como elementos propagandísticos a favor de las dictaduras como lo fue el Colo-Colo en Chile y clubes como medio para cuestionarlas como lo hizo el Académica de Coimbra en la revuelta estudiantil más importante que se produjo bajo la dictadura portuguesa;clubes al servicio de colonizadores como el Racing Universitario de Argel, uno de los clubes coloniales de la Argelia francesa y clubes que surgen de los intentos de la población nativa para desafiar el poder ejercido como el Esperanza de Túnez, representante de la lucha anticolonial y del deseo liberador de la población musulmana tunecina.

‘Futbolítica’ expone este constante equilibrio y desequilibrio, estas tensiones, censuras y gritos de rebeldía, pero también de dolor, de pérdidas, de comunidades atravesadas por la guerra, la miseria y la desolación. A través de este libro vamos a comprender que la única forma de transformar el fútbol en una herramienta al servicio de la democracia y la libertad, es recordar, recurrir a la historia.

“Un acto de justicia, un acto de memoria” escribe el autor sobre el momento en el que el Club Esportiu Júpiter recuperó su escudo original, luego de la feroz represión de las dictaduras de Franco y Primo de Rivera. Este libro es también un acto de memoria, quienes nos interesamos por entender el por qué, quienes no podemos ni queremos olvidar, sabremos brindarle un lugar en nuestras bibliotecas.

Por: Victoria J. Goldar

Fuente: www.criticaspolares.com

¿Muerte o Resistencia de la Literatura?

Aunque las tecnologías hoy en día arropan gran parte de la cotidianidad, del quehacer y producción del pensamiento, ya décadas atrás el sistema había atacado a la filosofía humana, la propia producción del pensamiento. Concretamente hablando de literatura, ya en 1982, se preguntaba Leslie Fiedler, crítico literario inglés defensor de la literatura Pop, ¿ Qué era la literatura? O sea, ya daba por muerta sin ningún rencor, a la literatura como genero, producto de lo que podía ser ella en el futuro. Ahora que la producción o la seudo producción de literatura vía Internet, whatsapp, twiter y demás aplicaciones actualizadas, vemos y sentimos con mayor fuerza, la muerte de la real literatura, la humana, la sensible, y vemos el resurgir de otro tipo de pensamiento literario.

Es aborrecible como leemos a cada segundo, un verso acartonado, con sabor a plástico, lejos de la poesía misma. Algo similar decía nuestro amigo Rafael Cadenas » Mientras más leo esos poemas, siento que estoy alejado de la poesía». Suscribimos las palabras del poeta larense.

A diario nos zambullen y abarrotan de textos electrónicos, ilustrados en flyer e imágenes artísticas, que en nada ayudan a los pobres versos que los acompañan.

Huérfanos, en silencio y blancos, quedan los cuadernos que solían rayar con notas, pensamientos, ideas, versos pensados, sentidos, vividos. Es triste lo que apenas leemos cada día, en éstos tiempos del siglo XXI. Qué pasó con los buenos talleres de creación literaria? Qué pasó con la lectura de la verdadera poesía? Qué pasó con los colectivos y tertulias literarias? Que ha pasado con las escuelas de Letras de nuestras universidades?. Digno y justo es también afirmar que en los más recónditos suburbios, barrios de Caracas y Barquisimeto, Mérida y Carora, nos hemos encontrado a buenos muchachos, nóbeles poetas, que expresan una extraordinaria improvisación poética, así como una escritura equilibrada con su entorno, con fuerza literaria y sin enmarañados egos que maten sus versos. Entramos en una debacle o al coronamiento del fin de la literatura? Poetas de los años 70, 80 y hasta 90 han caído por temor al olvido, a ser desplazados por la farándula literaria actual, en esos tristes menesteres. Gracias a los viejos libros, a los sobrevivientes aparatos de reproducción musical y hasta el entorno vivencial, aun se encuentran a salvo nuestros buenos poetas, que solemos leer, visitar, citar y acompañar. No queda de otra que seguir oficiando la palabra, vestirla de su propia magia y echarla a andar libremente por los caminos que desee recorrer, incluso por las vías de las nuevas tecnologías, pues ya ellas estarán blindadas de asombros, llevarán una carga fidedigna de leal poesía, inmaculada de sombras y de falsos pensamientos.

Por Neybis Bracho.

Los duendes de Sanare

Los Morochos Escalona Betancourt renacen, brillan e insurgen poética y espiritualmente aquí en el interior de estos atípicos, enduendados y enmorochados poemarios, intitulados así: “Mujeres mágicas, mujeres del viento” autoría de Juan José Escalona Betancourt “El Negro”. Por su parte, Juan Ramón Escalona “El Catire” se hace creadoramente presente con su poemario “Abrazoterapia de Colibríes”.

Ambos creadores son referentes culturales y patrimonios del municipio Andrés Eloy Blanco del estado Lara, Venezuela. Los Morochos Escalona, también conocidos como Los Duendes de Sanare, son polifacéticos, además de poetas de las verdes y azules montañas de Sanare, se destacan como guardianes de las semillas y el acervo cultural de Sanare, escritores de cuentos, de ensayos y micro ensayos.

Estos setentones e imaginativos duendes, ecologistas y educadores, nos dejan acá sus nuevos poemarios cargados de su peculiar forma de narrar y contar la vida. 

 

El nuevo Plan Cóndor. Geopolítica e imperialismo en América Latina y el Caribe

El único punto de partida epistemológico válido para comprender y sortear los obstáculos de nuestra realidad
son ni más ni menos que los pueblos de América Latina y el Caribe —y no de manera abstracta o dispersa, sino a través de las formas organizadas del pueblo-continente—.

Mucha agua ha corrido bajo el puente desde los tiempos del Maine y desde los golpes de Estado «clásicos» que supimos conocer y sufrir en América Latina y el Caribe a lo largo de los siglos XIX y XX. Sin embargo, Existe una continuidad patente respecto de aquella articulación de dispositivos políticos, militares y comunicacionales puestos al servicio de la intervención y nuestro propio presente geopolítico, aunque las formas y los pretextos de la guerra se hayan desplazado hacia competencias que en otro tiempo tenían una relación más distante con las operaciones estrictamente militares.

El paradigma anterior de intervención dominante, conocido como guerra de «guerra asimétrica», implicaba la confrontación entre fuerzas convencionales (ejércitos regulares nacionales o fuerzas regulares de ocupación) contra fuerzas insurgentes (formaciones guerrillas, organizaciones político-militares de todo tipo, etc). De ahí la doctrina del «enemigo interno» común a las políticas de terrorismo de Estado articuladas en lo que se conoció como el Plan Cóndor —cuando el Pentágono asesoró y articuló a su servicio a las dictaduras militares de América del Sur, en las décadas de 1970 y 1980—, e incluso la idea del «enemigo difuso» tan utilizada para justificar las guerras en Medio Oriente a partir de la década de 1990.

En lo que va de este siglo, y más todavía tras el reto global presentado a la humanidad por la emergencia de la pandemia de COVID-19, la geopolítica parece ya parte de nuestro vocabulario cotidiano. De la geopolítica de las vacunas a la geopolítica del petróleo, de la geopolítica imperialista a la geopolítica de la integración, de la geopolítica del clima a la geopolítica militar; parece en vano intentar comprender algo sin ella. Las tentativas liberacionistas de los pueblos no pueden prescindir de la dimensión geopolítica como una herramienta epistemológica, ni tampoco como una mediación estratégica fundamental. Es notorio que el poder se concentra en el espacio de forma desigual. El espacio será, por lo tanto, un terreno privilegiado de la acción política, ya sea imperial o anti-imperial, colonial o liberadora.

A esta nueva situación global determinada por la emergencia de COVID-19 se suman otros «signos de los tiempos», entre ellos los indicadores cada vez más evidentes de una nueva transición hegemónica global; el desplazamiento del eje geopolítico del mundo hacia Oriente; el conflicto entre unipolarismo y pluricentrismo; la crisis de las principales instituciones del autodenominado «mundo occidental»; la militarización y paramilitarización incesante de la vida; la consolidación de «nuevas derechas» y la fascistización en proceso de diversos sectores sociales; la nueva revolución tecnológica y la irrupción de corporaciones de nuevo tipo; la desenfrenada disputa por los bienes de la naturaleza, de cara a que la rueda de la hiperproducción y el consumo continúe girando; el agravamiento del cambio climático y de todos los indicadores de la crisis ecológica; la erosión del neoliberalismo como sistema económico —e ideológico— hegemónico; la eventualidad de una crisis económica de magnitud histórica; el declive de los Estados Unidos y el simultáneo recrudecimiento de su accionar imperialista en América Latina y el Caribe. Fenómenos que nos urgen a una reflexión estratégica y situada sobre la actualidad geopolítica de la región en el marco de un mundo convulso e incierto.

Bajo la coordinación de Lautaro Rivara y Fernando Vicente Prieto te presentamos una nueva coedición entre Batalla de Ideas y el Instituto Tricontinental que busca privilegiar el análisis del enemigo, de sus actores, doctrinas, teorías, métodos y estrategias. 

El nuevo Plan Cóndor. Geopolítica e imperialismo en América Latina y el Caribe reúne artículos de: Manuel Bertoldi (Argentina), Sally Burch (Ecuador), Javier Calderón Castillo (Colombia), Delana Corazza (Brasil), Pasqualina Curcio (Venezuela), Jacqueline Gómez (Argentina), Juan Grabois (Argentina), Fausto Jarrín Terán (Ecuador), Osvaldo León (Ecuador), Hugo Moldiz (Bolivia), Laura Pinzón Capote (Colombia), Carol Proner (Brasil), Mamyrah Prosper (Haití), Lautaro Rivara (Argentina), Silvina Romano (Argentina), Carlos Ron (Venezuela), Izett Samá Hernández (Cuba), William Serafino (Venezuela), João Pedro Stedile (Brasil) y Fernando Vicente Prieto (Argentina).

Como en el Seminario Internacional Nuevas doctrinas de intervención: geopolítica e imperialismo en América Latina y el Caribe volvemos a invitarles a pensar la realidad desde diferentes contextos nacionales, pero señalando la regularidad de las políticas imperiales: analizar casos testigo que pueden ser representativos de la realidad general del continente; poner en común herramientas, dispositivos y voluntades que permitan dar la batalla de ideas en un plano —la geopolítica— que, aunque pueda parecer lejano de los azares del día a día, influye sobre la cotidianeidad de los pueblos y sus expresiones organizadas de modo determinante.

Nota publicada en la pagina thetricontinental.org

A 45 años del golpe de estado, un libro que desnuda las verdades del deporte en tiempos de dictadura

Raanan Rein, Mariano Gruschetsky y Rodrigo Daskal presentan una nueva investigación sobre la relación entre el fútbol y la política durante el último gobierno de facto en la Argentina. El título publicado este mes por UNSAM Edita realiza un recorrido por los clubes de aquellos años y pone el foco en el análisis de hitos clave como el Mundial del ’78.

El 25 de octubre de 1976 Diego Armando Maradona debutaba en primera división. Dos meses después, la Asociación de Fútbol Argentina (AFA) establecía que ningún jugador que pudiera integrar el equipo de la selección nacional podía ser transferido al extranjero. De cara a la Copa Mundial de Fútbol Argentina 1978, el caso del futbolista de Argentinos Juniors se convirtió en un tema de interés nacional, tanto deportivo como político.

“La centralidad de la que goza el fútbol en nuestra sociedad lo vuelve particularmente sensible a la evolución política del país”, asegura el historiador Daniel Sazbón en el capítulo que inaugura Deporte y sociedad civil en tiempos de dictadura, compilado por Raanan Rein, Mariano Gruschetsky y Rodrigo Daskal y publicado por Unsam Edita. Y agrega: “La intención de las autoridades era aprovechar las oportunidades que brindaba la popularidad de ese deporte para distintos objetivos de naturaleza política”.

Dividido en tres partes: “Deporte, actores y política”, “Dictaduras” y “Los clubes argentinos”, el libro analiza las relaciones entre las autoridades e instituciones del fútbol argentino y el Estado nacional, en el marco de la última dictadura militar en la Argentina (1976-1983).

En marzo de 1976, a una semana del golpe de Estado, se produjo la renuncia de todo el Comité Ejecutivo de la AFA. Este es el puntapié inicial para el exhaustivo recorrido que realizan los autores, provenientes del mundo académico y del periodismo. Aunque la Asociación logró mantener el funcionamiento de su dinámica interna, los vínculos con el gobierno dictatorial fueron múltiples: desde la presencia de personal de las Fuerzas Armadas en reuniones de la Asociación hasta lazos más institucionales con el Ministerio de Bienestar Social. Como en Brasil, Chile y Uruguay durante las décadas de 1960, 1970 y 1980, el gobierno argentino intentó usar el fútbol masculino como un medio popular para reafirmar su autoridad. En el libro, se incluyen los casos de Club Defensor Sporting de Montevideo y Corinthians de Brasil, para dar cuenta de un fenómeno que no fue exclusivo de nuestro país.

En la Argentina, el Mundial de Fútbol de 1978 es la evidencia más clara de la relación entre fútbol y política. Al tomar control del gobierno, la Junta Militar asumió la coordinación de la Copa, a través del Ente Autárquico Mundial 78. Conocido como el “Mundial de la dictadura”, las transmisiones televisivas de apertura y clausura del Mundial buscaban comunicar una ideología y mostrar una idea de país ordenado, como señala en el tercer capítulo el investigador Patrick Thomas Ridge. Sin embargo, es bien sabido que detrás de esa ilusión, hecha de planos aéreos y en contrapicados, se esconden actos aberrantes y uno de los momentos más oscuros de nuestra historia.

“Así como desaparecieron 220 deportistas, también hubo integrantes de los grupos de tareas y delatores entre un grupo reducido de atletas. Desde el ambiente del fútbol, se hizo el mayor aporte a la represión ilegal”, afirma el periodista Gustavo Veiga, que explora los casos de los jugadores Edgardo Andrada y Juan de la Cruz Kairuz. Ellos confirman que en el fútbol hubo profesionales que, por su exposición pública, podían acceder al aparato represivo del Estado por sus vínculos con autoridades militares o policiales. La otra cara son los futbolistas víctimas del terrorismo de Estado, a los que Veiga afirma que la AFA les debe un homenaje.

Con seis goles, Mario Kempes dirigió la selección argentina a su primera Copa del Mundo en 1978. A pesar de este logro deportivo, menos argentinos celebran este primer triunfo y a su goleador, comparado con el éxito popular de Diego Maradona durante el Mundial de 1986. “Si bien el caso Maradona excedió la órbita de Argentinos Juniors para convertirse en un tema de interés nacional tanto deportivo como político, lo consideramos una buena manera de reflejar cómo ciertas cuestiones tensionaron la normalidad institucional que parecía ajena al clima imperante”, explican los investigadores Mariano Gruschetsky y Tomás Gonzalez Messina en la tercera parte del volumen, que continúa y amplía las investigaciones iniciadas en Clubes de fútbol en tiempos de dictadura (Unsam Edita, 2018). En el caso de Argentinos Juniors, los vínculos con el genocida Carlos Guillermo Suarez Mason son evidentes. A través de diversos testimonios, reconstruyen no solo el pase de Maradona, sino la historia del club en esos años y un homenaje a los hinchas detenidos-desaparecidos.

El libro también expone las vivencias de Sportivo Barracas y Club Atlético Excursionistas en esos años, y las repercusiones que tuvo la dictadura en las instituciones, pero también en la gente del club y de los barrios que los alojaron. Un claro ejemplo es el de Nueva Chicago. El 24 de octubre de 1981 la Policía Federal detuvo a cuarenta y nueve hinchas por cantar la marcha peronista. “Era la primera vez desde el 24 de marzo de 1976, cuando la dictadura llegó al poder, que se producía una expresión popular así”, señala el periodista Alejandro Duchini. Fuertemente arraigado en el barrio de Mataderos y su historia sindical, el canto de la hinchada cobra significado como un desafío al poder, desde el ámbito futbolístico.

Hacia el final, para dar cuenta de los últimos años de la dictadura, los investigadores Raanan Rein y Darío Brenman ahondan en el caso de Chacarita Juniors. “En 1983 la Argentina estaba sumida en un proceso preelectoral en el que la violencia era uno de los tópicos más importantes de la campaña y, al mismo tiempo, vivía una creciente violencia en las canchas de fútbol. El país había recibido una problemática herencia económica y financiera, además de una sociedad afectada por las consecuencias del disciplinamiento social”, afirman. Y concluyen: “Uno de los espacios donde se notaba el inconformismo social con respecto a las políticas del régimen dictatorial era el fútbol”.

Nota escrita por: Nathalie Jarast

Publicada por: NOTICIAS UNSAM.

Abril 2021