¿Muerte o Resistencia de la Literatura?

Aunque las tecnologías hoy en día arropan gran parte de la cotidianidad, del quehacer y producción del pensamiento, ya décadas atrás el sistema había atacado a la filosofía humana, la propia producción del pensamiento. Concretamente hablando de literatura, ya en 1982, se preguntaba Leslie Fiedler, crítico literario inglés defensor de la literatura Pop, ¿ Qué era la literatura? O sea, ya daba por muerta sin ningún rencor, a la literatura como genero, producto de lo que podía ser ella en el futuro. Ahora que la producción o la seudo producción de literatura vía Internet, whatsapp, twiter y demás aplicaciones actualizadas, vemos y sentimos con mayor fuerza, la muerte de la real literatura, la humana, la sensible, y vemos el resurgir de otro tipo de pensamiento literario.

Es aborrecible como leemos a cada segundo, un verso acartonado, con sabor a plástico, lejos de la poesía misma. Algo similar decía nuestro amigo Rafael Cadenas » Mientras más leo esos poemas, siento que estoy alejado de la poesía». Suscribimos las palabras del poeta larense.

A diario nos zambullen y abarrotan de textos electrónicos, ilustrados en flyer e imágenes artísticas, que en nada ayudan a los pobres versos que los acompañan.

Huérfanos, en silencio y blancos, quedan los cuadernos que solían rayar con notas, pensamientos, ideas, versos pensados, sentidos, vividos. Es triste lo que apenas leemos cada día, en éstos tiempos del siglo XXI. Qué pasó con los buenos talleres de creación literaria? Qué pasó con la lectura de la verdadera poesía? Qué pasó con los colectivos y tertulias literarias? Que ha pasado con las escuelas de Letras de nuestras universidades?. Digno y justo es también afirmar que en los más recónditos suburbios, barrios de Caracas y Barquisimeto, Mérida y Carora, nos hemos encontrado a buenos muchachos, nóbeles poetas, que expresan una extraordinaria improvisación poética, así como una escritura equilibrada con su entorno, con fuerza literaria y sin enmarañados egos que maten sus versos. Entramos en una debacle o al coronamiento del fin de la literatura? Poetas de los años 70, 80 y hasta 90 han caído por temor al olvido, a ser desplazados por la farándula literaria actual, en esos tristes menesteres. Gracias a los viejos libros, a los sobrevivientes aparatos de reproducción musical y hasta el entorno vivencial, aun se encuentran a salvo nuestros buenos poetas, que solemos leer, visitar, citar y acompañar. No queda de otra que seguir oficiando la palabra, vestirla de su propia magia y echarla a andar libremente por los caminos que desee recorrer, incluso por las vías de las nuevas tecnologías, pues ya ellas estarán blindadas de asombros, llevarán una carga fidedigna de leal poesía, inmaculada de sombras y de falsos pensamientos.

Por Neybis Bracho.